Graham Reeves, el ciudadano británico de 70 años al que un cirujano le extirpó hace escasas semanas un riñón sano por error y de cuyo caso nos hicimos eco, ha fallecido en el hospital un mes después de la intervención. Reeves se había sometido a una segunda operación, esta vez para extraer el otro riñón, enfermo a causa de la septicemia que padecía.
El cirujano que llevó a cabo la primera operación está siendo investigado también por una intervención de próstata, el pasado julio, tras la cual el paciente murió por ciertas complicaciones.