Un estudio realizado por el Instituto de Efectos en la Salud norteamericano indica que agentes contaminantes como el ozono, el dióxido de sulfuro o el monóxido de carbono son menos dañinos que los pequeños restos expelidos por coches o fuentes de combustión.
Es más, esas pequeñas partículas expelidas por los coches y las plantas energéticas serían en realidad –afirman- la causa de la mayor tasa de muertes y enfermedades entre los ancianos.