QUINTA Y ÚLTIMA ENTREGA
La industria utiliza hoy más de 700 aditivos alimentarios –un centenar de ellos muy tóxicos y otros tantos de toxicidad media– y se trata de un problema grave ya que están presentes en muchos de los alimentos que consumimos a diario; así que más vale que sepa cuáles son, por qué son peligrosos y qué problemas de salud pueden provocarle a usted o a su familia. De muchos de ellos hemos hablado ya en los cuatro artículos precedentes y ofrecemos ahora la quinta y última entrega. De hecho, cuando alguien enferma por su causa y acude al médico para saber qué le pasa, éste no va a poder decírselo a menudo porque en el 99,9% de las ocasiones no se tiene en cuenta que el problema pueda deberse a aditivos alimentarios. Ni a ellos, ni a las radiaciones electromagnéticas, al aire que respiramos (contaminado por compuestos químicos procedentes de las fábricas y la quema de combustibles fósiles así como por las constantes fumigaciones aéreas con la excusa de la falacia del cambio climático), a la contaminación de nuestros ríos, lagos, lagunas, acuíferos, mares, océanos y pantanos con plásticos y venenos de todo tipo, a los miles de fármacos tóxicos –vacunas incluidas– que recetan los sanitarios, a los productos fitosanitarios que se utilizan para prevenir, evitar, destruir, atraer, repeler o combatir plagas o, directamente, para destruir insectos, ácaros, moluscos, roedores, hongos, malas hierbas, bacterias supuestamente patógenas y otras formas de vida animal o vegetal que se consideran perjudiciales para la agricultura y a los que se usan durante la producción, almacenamiento, transporte, distribución y elaboración de productos alimentarios. En fin, le aconsejamos que se informe bien porque no se trata en absoluto de una cuestión menor. La decisión es suya.
