Los prejuicios y la maledicencia
Número 28 - Mayo 2001
Tiempo de lectura: 5 minutos
En esa revisión constante de la escala de valores que rige nuestra vida y de los esquemas mentales con los que nos movemos conviene hacer un alto en el camino ante un aspecto fundamental que, en los últimos tiempos, ha ido tomado excesivo protagonismo. Me refiero a un cáncer que se ha extendido de forma alarmante: la emisión de juicios. Hablar de los demás es una práctica común, incluso aunque se tenga muy poca base y no hayamos contrastado nuestros escasos argumentos. Se emiten juicios de valor sólo por simples sospechas o por comentarios aislados, generados muchas veces por personas rencorosas que se sienten aliviadas hablando mal de otros.

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