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Enero 2022
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Que el alimento sea tu medicina… pero ¡cuidado con lo que comes!

Nuestra revista ha dedicado 232 extensos reportajes a la alimentación por lo que la mera pretensión de hacer un resumen de lo publicado en un solo texto es imposible así que vamos a limitarnos en este artículo de cierre a dar unas pinceladas orientativas para que el lector interesado sepa dónde puede ampliar la breve información aquí reseñada. Y lo hacemos por una sencilla razón: como bien hizo decir Cervantes a Don Quijote «la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago». Es más, como recuerda el horticultor y fitoterapeuta Josep Pàmies «las mejores medicinas están en los huertos y no en las farmacias». El problema es que si bien una dieta equilibrada debería ser suficiente para cubrir nuestras necesidades diarias de nutrientes el agotamiento de la tierra, los abonos y pesticidas y los actuales procesos industriales de manipulación, elaboración y conservación de los alimentos así como su preparación –al freírlos, cocerlos o asarlos– hace que muchas veces lo que ingerimos tenga un porcentaje muy pequeño de las vitaminas, minerales y oligoelementos que originariamente contenían y por eso son cada vez más los expertos que piensan que tomar suplementos diarios es ya poco menos que una obligación. Una verdadera lástima.