Hidratantes: el milagro del agua
Número 35 - Enero 2002
Tiempo de lectura: 8 minutos
El paso del tiempo y las agresiones externas terminan generalmente con la humedad natural de la epidermis. En otras palabras, nuestra piel empieza a tener “sed” y para calmarla no es suficiente con ingerir grandes cantidades de agua. Afortunadamente, los productos cosméticos aportan hoy a nuestra piel una dosis diaria e imprescindible de hidratación y gracias a ellos nuestra piel puede mejorar su textura, aumentar su grosor y prolongar su juventud.

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