La otra cara de la enfermedad
Número 39 - Mayo 2002
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Su diagnóstico –aterrador, por cierto– fue el de esclerodermia. Poco se pudo decir sobre su etiología, es decir, sobre la causa. Un poco más, tal vez, sobre el oscuro pronóstico y el tratamiento. Sólo que ella no es un diagnóstico. Y su nombre no es Esclerodermia ni “enfermedad autoinmune”. Como su apellido tampoco es colagenosis. Vive con su familia y se siente parte de un pueblo y una cultura. Olvidémonos pues por un momento de la enfermedad –de su «entidad nosológica»– y sintamos que, con sus anticuerpos y sus miedos, en ella viven historias vivas, esperanzas, frustraciones y sueños. Vive cerca de la zona de Armero… sólo que hoy Armero no es un lugar: es la historia triste de un pueblo que una vez fue borrado entero del mapa.

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