Sr. Director: en primer lugar reciba mi agradecimiento porque la revista me ha abierto los ojos respecto a la medicina convencional. Le escribo para exponerle el caso de mi madre....
Sr. Director: el viernes 30 de abril a las 22.30 y el sábado 1 mayo de 2010 a las 10.50 se proyectó por el canal ARTE + 7 de la TV francesa una película de 52´ de duración,...
Sr. Director: soy lector de la revista desde hace tiempo y me atrevo a escribirle por primera vez aunque mi intención no es pedirle información para el tratamiento más indicado de una enfermedad sino para darle información sobre un tratamiento y su resultado en una enfermedad diagnosticada como «incurable» por la medicina «científica»....
Estimados amigos: compro la revista desde que la descubrí en el nº 35 y tengo que decir que desde entonces no he leído nunca nada sobre un problema por desgracia bastante común entre las mujeres: los fibroadenomas de mama y la mastopatía fibroquística....
Sr. Director: he leído en Internet que la FDA está pensando en prohibir la plata coloidal porque es peligrosa para la salud y además puede dejar la piel azul para siempre desmintiendo que sirva para combatir infecciones....
Estimado Sr. Campoy: hace unos meses leí en la revista que según Ignacio Chamorro –director del Instituto Clark en España- la Dra. Hulda Clark murió a causa de una hemorragia cerebral pero luego he leído en http://scienceblogs.com/insolence/2009/10/requiem_for_a_quack_part_ii.php que en realidad murió de un mieloma múltiple y aportan para probarlo ¡el certificado de defunción!...
“Crónica de una sociedad intoxicada”: radiografía de un sistema sanitario en entredicho
Catedrático de Terapéutica y Farmacología Clínica en la Universidad Autónoma de Barcelona y jefe del servicio de Farmacología Clínica del Hospital Vall d´Hebron de la misma ciudad, el doctor Joan-Ramón Laporte (77 años) ha plasmado en Crónica de una sociedad intoxicada, voluminosa obra de más de 600 páginas, las auténticas razones del creciente deterioro del sistema sanitario en todo el mundo. Con datos objetivos y perfectamente argumentados, el profesor Laporte asevera que la principal causa está en los intereses y prácticas de las compañías farmacéuticas porque controlan tanto la investigación y desarrollo de los fármacos como su aprobación, la formación de los médicos que los prescriben e, incluso, las agencias internacionales de regulación y la Organización Mundial de la Salud (OMS).