Sr. Campoy: tengo 63 años y hace 6 me diagnosticaron asma bronquial. Hasta entonces no había tenido problemas respiratorios y tampoco nadie en mi familia. El caso es que llevo 25 años aplicándome Timoftol por problemas de glaucoma y tomo desde hace 5 por recomendación del neumólogo Xalatán y una inhalación -mañana y noche- de Rilast así como una pastilla de Singulair....
Sr. Director: permítame ante todo felicitarle por tan magnífica revista. Asimismo quisiera compartir con usted y sus lectores la rabia e indignación que en estos momentos siento hacia el sistema médico por lo que acaba de sucederle a mi querida madre,...
Sr. Campoy: le escribo movido por la indignación de ver -una vez más- como hasta los médicos de la llamada «nueva medicina» escamotean al ciudadano de a pie las causas reales de que enfermemos alegando que el origen está en lo que denominan «enfermedades ambientales»....
Estimado Director: soy asiduo lector de su magnífica revista desde hace años y quiero agradecerle sinceramente su labor divulgativa y, sobre todo, esclarecedora. Tengo 57 años y tras los correspondientes análisis se me ha diagnosticado una gammapatía monoclonal de significado incierto con doble componente monoclonal IgG e IgA kappa que precisa controles cada 3-4 meses por el elevado riesgo de convertirse en mieloma múltiple....
Sr. Director: adquirí hace tiempo su excelente libro La Dieta Definitiva y mi única consulta es sobre los carbohidratos complejos. Queda claro que se aconseja no combinar proteína concentrada con,...
“Crónica de una sociedad intoxicada”: radiografía de un sistema sanitario en entredicho
Catedrático de Terapéutica y Farmacología Clínica en la Universidad Autónoma de Barcelona y jefe del servicio de Farmacología Clínica del Hospital Vall d´Hebron de la misma ciudad, el doctor Joan-Ramón Laporte (77 años) ha plasmado en Crónica de una sociedad intoxicada, voluminosa obra de más de 600 páginas, las auténticas razones del creciente deterioro del sistema sanitario en todo el mundo. Con datos objetivos y perfectamente argumentados, el profesor Laporte asevera que la principal causa está en los intereses y prácticas de las compañías farmacéuticas porque controlan tanto la investigación y desarrollo de los fármacos como su aprobación, la formación de los médicos que los prescriben e, incluso, las agencias internacionales de regulación y la Organización Mundial de la Salud (OMS).