Estimado director: quisiera formularle tres preguntas: 1) Cómo puedo detectar si el nuevo contador de la luz que me han instalado transmite sus datos a la central mediante el sistema WiFi,...
Estimado Sr. Campoy: me gustaría dar a conocer lo que me sucedió hace unos años por si le sirve a alguien que se halle en las mismas condiciones en que se encontraba mi marido en 2009 y se atreva a enfrentarse con los protocolos médicos actuales....
Estimado Sr. Campoy: tengo 62 años, a los 40 me diagnosticaron osteoporosis en la cadera izquierda con un 28% de descalcificación y a partir de ese momento fui tratada con calcio....
Hola. Soy fiel seguidora de la revista y puesto que confío en su criterio, integridad e independencia me atrevo a hacerles una breve consulta: tengo que operarme de cataratas y no sé cuál es el mejor método,...
Sr. Director: soy asiduo lector de la revista, compré hace un año su libro La Dieta Definitiva y ante todo le felicito por el simple pero importante consejo de consumir la fruta sola y en ayunas....
Estimado Director: he leído recientemente el artículo que publicaron sobre la Garnicia Cambogia –muy rica en ácido hidroxicítrico- y como soy persona dada al sobrepeso y con apetito «despierto» me gustaría hacerles una consulta....
“Crónica de una sociedad intoxicada”: radiografía de un sistema sanitario en entredicho
Catedrático de Terapéutica y Farmacología Clínica en la Universidad Autónoma de Barcelona y jefe del servicio de Farmacología Clínica del Hospital Vall d´Hebron de la misma ciudad, el doctor Joan-Ramón Laporte (77 años) ha plasmado en Crónica de una sociedad intoxicada, voluminosa obra de más de 600 páginas, las auténticas razones del creciente deterioro del sistema sanitario en todo el mundo. Con datos objetivos y perfectamente argumentados, el profesor Laporte asevera que la principal causa está en los intereses y prácticas de las compañías farmacéuticas porque controlan tanto la investigación y desarrollo de los fármacos como su aprobación, la formación de los médicos que los prescriben e, incluso, las agencias internacionales de regulación y la Organización Mundial de la Salud (OMS).