Una necesaria dieta informativa
Número 48 - Marzo 2003
Tiempo de lectura: 4 minutos
Existe la creencia generalizada de que en nuestros días la humanidad está más –y por ello, mejor– informada que en cualquier otra época de la historia. Esta idea tiene su fundamento en que ante cualquier evento de cierta importancia los medios informativos –especialmente los más influyentes por su alta tirada y alta audiencia– nos inundan con páginas y más páginas y con horas y más horas de charla y de imágenes en torno al acontecimiento. Pero, ¿significa esto que estamos más informados? La verdad es que confundimos multimedia con información. Confundimos cantidad con calidad. Dicho más brevemente: nuestros antepasados, aun los más remotos, estaban más y mejor informados que nosotros.

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