Estimado Sr. Campoy: me gustaría dar a conocer lo que me sucedió hace unos años por si le sirve a alguien que se halle en las mismas condiciones en que se encontraba mi marido en 2009 y se atreva a enfrentarse con los protocolos médicos actuales....
Estimado Sr. Campoy: tengo 62 años, a los 40 me diagnosticaron osteoporosis en la cadera izquierda con un 28% de descalcificación y a partir de ese momento fui tratada con calcio....
Sr. Director: tengo 45 años, tuve un accidente a los 25 y desde entonces el latigazo cervical que sufrí ha ido degenerando en una hernia discal entre C5 y C6 que es ya de gran tamaño y presiona levemente la médula -sin mielomalacia- así como la raíz nerviosa del brazo izquierdo y el nervio radial por lo cual sufro dolores y ha llegado a dormírseme media mano izquierda....
Hola. Soy fiel seguidora de la revista y puesto que confío en su criterio, integridad e independencia me atrevo a hacerles una breve consulta: tengo que operarme de cataratas y no sé cuál es el mejor método,...
Estimado Sr. Campoy: permítame felicitarle por la publicación en el nº 155 del artículo Las claves biológicas de una vida larga y sana en el que hablan de diferentes sustancias capaces de actuar sobre la telomerasa -enzima encargada de reparar los telómeros- a fin de impedir que se acorten....
Estimado Director: he leído recientemente el artículo que publicaron sobre la Garnicia Cambogia –muy rica en ácido hidroxicítrico- y como soy persona dada al sobrepeso y con apetito «despierto» me gustaría hacerles una consulta....
“Crónica de una sociedad intoxicada”: radiografía de un sistema sanitario en entredicho
Catedrático de Terapéutica y Farmacología Clínica en la Universidad Autónoma de Barcelona y jefe del servicio de Farmacología Clínica del Hospital Vall d´Hebron de la misma ciudad, el doctor Joan-Ramón Laporte (77 años) ha plasmado en Crónica de una sociedad intoxicada, voluminosa obra de más de 600 páginas, las auténticas razones del creciente deterioro del sistema sanitario en todo el mundo. Con datos objetivos y perfectamente argumentados, el profesor Laporte asevera que la principal causa está en los intereses y prácticas de las compañías farmacéuticas porque controlan tanto la investigación y desarrollo de los fármacos como su aprobación, la formación de los médicos que los prescriben e, incluso, las agencias internacionales de regulación y la Organización Mundial de la Salud (OMS).