El origen de la enfermedad es, básicamente, emocional
Número 37 - Marzo 2002
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En 1978 –como quienes me leen asiduamente ya saben– conviví durante un tiempo con una tribu de la etnia huaorani. Los huaorani –más conocidos por el nombre quéchua de aucas– habitaban en la zona amazónica de Pastaza, en Ecuador. Era una etnia que prácticamente vivía en el Paleolítico y algunas de sus tribus –entre otras, la que me acogió– llegaban incluso a desconocer la existencia del «hombre blanco». O sea, del hombre de nuestra cultura y, en general, de cualquier otro tipo de humano que habitara más allá de la selva puesto que para ellos el mundo terminaba donde terminaba la selva.

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