Este reportaje aparece en
17
Junio 2000
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Jóvenes a los 80 años

Son muchas las personas que estarían dispuestas a cualquier cosa para evitar los efectos del tiempo en su carne. Maquillajes, cremas y operaciones quirúrgicas tratan de disimular que los años transcurren irremediablemente y hacen mella en nuestro cuerpo sin importar la raza, el sexo o la religión. En esto todos somos iguales y nuestro rostro y figura reflejan sin piedad los abusos que a lo largo de los años hemos ido cometiendo contra nuestra salud. Pero hasta quienes presumen de vida sana están sometidos al juicio del tiempo y siempre llega un momento, una edad, a partir de la cual todos pagamos el simple hecho de haber nacido, un privilegio del que a veces nos olvidamos. Bien, pues cada vez son más los científicos que concentran sus esfuerzos en frenar el envejecimiento –tanto externo como interno– siendo muchos los que están convencidos de que los últimos descubrimientos nos sitúan a un tris de conseguirlo. De hecho, la esperanza de vida se ha elevado más de 20 años en tan sólo un siglo y hoy la media se sitúa en los 77. Los más optimistas –como William Haseltine, director de Human Genome Sciences– prevén que los nacidos en el 2050 alcanzarán los 150 años. Otros, como William B. Schwartz, son un poco más cautos y hablan de la posibilidad de prolongar la media hasta los cien años. Empero, las autoridades sanitarias de Estados Unidos hablan de un aumento de tan sólo tres años de vida para quienes nazcan a mediados de este año.