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45
Diciembre 2002
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Un exceso de hostias químicas

 ¿Medicamentos para enfermedades o enfermedades para medicamentos? O si lo prefieren más claro: ¿medicamentos para vencer las enfermedades existentes o nuevas enfermedades para vender más medicamentos? Porque ahora no estamos tristes, ahora tenemos depresión. Que la tristeza es un hecho natural que requiere remedios que no se venden en botica sino remedios culturales. Eso que es tan natural como cariño y comprensión. La depresión, en cambio, es ya una patología que sí requiere la intervención de un laboratorio que la combata con su cultura de la hostia química. Esa pastilla blanca y redonda que se disuelve en la boca y sustituye a la antigua comunión cristiana. Ahora los milagros no los hace Dios, ahora los milagros los hace un laboratorio farmacéutico. Su evangelio es un prospecto explicativo que, además, no exige arrepentirse de pecado alguno. Salvo el de tomar la comunión química con hostias que no sean de la competencia.