Vivir es aprender
Número 29 - Junio 2001
Tiempo de lectura: 2 minutos
Sabemos que los linfocitos –células claves del sistema inmune– son como neuronas ambulantes. Y que tanto los linfocitos como las neuronas pueden recibir mensajes comunes, sintetizar moléculas similares, memorizar, aprender y modificar su comportamiento según las “lecciones” aprendidas. Sabemos también que la piel cambia su resistencia eléctrica con las emociones, las tormentas solares y los cambios de presión y que registra, memoriza e informa del estado de los órganos internos modificando en puntos específicos sus potenciales eléctricos. No puede pues extrañarnos que los puntos de acupuntura se comporten como pequeños “cerebros periféricos” y que ese comportamiento parezca reflejar el estado fisiológico de las neuronas. De hecho, pueden conducir y canalizar selectivamente la dirección de corrientes eléctricas y secretar algunas sustancias como los neuropéptidos, claves en la traducción fisiológica de los estados emocionales.

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