Lo que no se cuenta sobre la enfermedad de las vacas locas
Número 25 - Febrero 2001
Tiempo de lectura: 20 minutos
Desde que en 1985 se descubrió el primer caso de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) en Inglaterra, los europeos hemos sido testigos de un problema sanitario nuevo y enormemente complejo. Es más, esta enfermedad ha puesto contra las cuerdas a los responsables políticos y científicos de la Unión Europea evidenciando de forma clara y rotunda –una vez más– que el sendero por el que camina en la actualidad todo el sector de la producción animal intensiva no es correcto.

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